La escuela y los valores

Actualmente se habla mucho de la necesidad o la ausencia de los valores en distintos campos de la vida social, pero especialmente en la escuela. Todos tenemos, en el conocimiento y en la realidad de la vida, la experiencia de lo que son los valores. El valor es una terminología que se empezó a generalizar primero en un ambiente filosófico y después en el lenguaje común sobre todo en el último cuarto del siglo pasado.



Los valores valen y valen porque son. Son una realidad en el orden del ser, del ser real del ser de las cosas, del ser del hombre en lo individual y en lo social. En ese sentido entonces, el valor es una realidad que tiene tres características fundamentales primero, es una realidad que conviene; segundo, es una realidad que perfecciona; y tercero, es un realidad que se relaciona con todos los seres que hay en el mundo.


Esto, en términos educativos, tiene una enorme importancia, si la educación ha de ser humanista, es decir, promotora de la perfección de los seres humanos entonces necesariamente deberá ayudar a promover los valores que convienen, perfeccionan y desarrollan a todos los seres humanos.




Por tanto, educar en valores, exige, entre otras cosas, conocer la realidad objetiva. Por eso es tan importante en el plano educativo tener una idea aunque sea general de la clasificación de los valores que todos vivimos en nuestra vida, por ejemplo desde el punto de vista de su realidad y contenido. Así, tenemos valores materiales, valores biológicos, valores psicológicos, valores espirituales y se podría seguir señalando otras categorías, las cuales tienen que ver con el ser humano.


Uno de los objetivos de la educación básica es proporcionar a los niños herramientas, conocimientos, actitudes, valoraciones y disposiciones éticas que les ayuden a participar de manera democrática y civilizada en su sociedad.




La importancia de la educación


El concepto de educación que caracteriza al sistema escolar en las sociedades modernas engloba igualmente la transmisión de conocimientos y la formación de hábitos, habilidades y valores. “Desde cualquier escuela emergen valores”(1).


Hablar del proceso de enseñanza-aprendizaje de los valores en general y de los valores morales en particular en el sistema formal debería ser, por lo tanto, una actividad que merecería el mismo tratamiento que los demás contenidos, en lo que se refiere a sus perspectivas teóricas, a su conceptualización y sus consecuencias prácticas.




Sin embargo, como entre nosotros esta realidad no ha sido así, lo anterior se encuentra todavía tan alejado del quehacer cotidiano en nuestras aulas, que no es exagerado afirmar que su posibilidad no pasa de ser la expresión de los buenos deseos de muchos o un ideal.


“La educación implica siempre un proceso de socialización. Este proceso es necesario e inevitable en la construcción de la identidad del educando; pero, para que la socialización en la escuela contribuya efectivamente a la formación del sujeto se requiere que las redes de interacción que se realizan dentro y fuera del aula y las regulaciones que dan forma a esas interacciones llenas de valores y no de seudo valores”(2).


Esto exige, de parte de los educadores, una revisión crítica de lo que se hace en la escuela y un trabajo vigilante y tenaz de transformación de las interacciones, pues, por ejemplo, no se puede esperar que se formen hábitos de tolerancia en un ambiente dogmático o de descalificación, como tampoco puede esperarse que se formen individuos con tendencias democráticas donde predomina el autoritarismo.




Es necesario, entonces, tener muy claros cuales son los valores que se pretenden fomentar y realizar una socialización consciente en la que dichos valores estén presentes. La estrategia educativa en este caso no es otra que la de generar un ambiente escolar cargado de valores así como el respeto con sus compañeros y profesores.


La educación en los valores no es sólo de carácter informativo, sino que se centra fundamentalmente en el trabajo de actitudes y procedimientos; es también y sobre todo, proveer de condiciones, generar climas y ayudar como el “andamio lo hace al que trabaja y construye a recrear los valores, a encontrar formas nuevas de encarnar los ya existentes, hallar maneras novedosas de valorar su vida y orientarla para que quien aprende sea capaz de identificar no sólo su lugar en el mundo, sino ser autor y, antes que nada, dueños de sus actos”(3).




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(1)GOMEZ,Palacios Josè Joaquìn, “Buenos Dìas I”, Material para educar en valores cada jornada escolar, Edit. Gil Editores , Puebla, Mèxico 2000. P. 5
(2)GONZALEZ, R. y DIEZ, E. “Educación en valores”. Acción tutorial en la ESO. Madrid. Edit. Escuela Española. 1997. P, 123
(3)IEPS, “Educación y valores”, sentido de la acción educativa en nuestro tiempo, cuarta edición, Narcea, S.A. de Ediciones, Madrid, 1985. P, 137

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U.N.A.M. - FES-Aragón - Lic. Pedagogía - 5° Semestre - U.C. Ética y Práctica profesional del Pedagogo - Grupo: 1503 - Elaborado por: Belem Azpeitia, Dulce Jaramillo, Diana Juárez y Diana Rodríguez